
Cada tecla estaba unida a un martillo que tenía el correspondiente carácter en relieve en su otro extremo. Cuando se presionaba una tecla con la suficiente fuerza y firmeza, el tipo golpeaba una cinta (normalmente de tela entintada) extendida frente a un cilindro que sujetaba el papel y se movía adelante y atrás. El papel se enrollaba en este cilindro, que rotaba al accionar una palanca (la del «retorno de carro», en su extremo izquierdo) cuando se alcanzaba el final de la línea. El problema era que la velocidad de retorno del martillo con era lenta, pues volvía a su posición de reposo por simple gravedad. Por ello, al escribir, los martillos chocaban unos contra otros y la máquina se atascaba.

Lo curioso es que Sholes repudió pronto la máquina, rehusando usarla e incluso recomendarla y vendió la patente a a Densmore and Yost, que llegó a un acuerdo con E. Remington and Sons en 1873 para la fabricación industrial de dicha máquina. Cuando Remington empezó a comercializar máquinas de escribir, asumió que la máquina no sería usada para escribir textos creativos, sino para labores de oficina, y sería usada por mecanógrafas. Así, se imprimieron flores sobre la carcasa de los primero modelos, de forma que la máquina fuese más atractiva para las mujeres.
En los Estados Unidos, las mujeres empezaron a incorporarse al mercado laboral como mecanógrafas con frecuencia, y, según el censo de 1910, el 81% de los mecanógrafos eran mujeres. Con más mujeres trabajando fuera de casa, hubo cierta preocupación sobre los efectos que esto tendría en los valores morales de la sociedad, tanto por parte de los moralistas como de los pornógrafos. La «joven mecanógrafa» pasó a ser parte de la iconografía de la pornografía de principios del siglo XX. Las Biblias de Tijuana (cómics eróticos producidos en México para el mercado estadounidense desde principios de los años 1930) incluían mecanógrafas a menudo.
Hoy se denomina Data Entry a los operadores de PC veloces que pueden lograr mas de 12.000 digitaciones por minuto, usando todos los dedos y sin mirar el teclado. Y aunque han existido otras distribucion de teclados ninguna ha sido tan apreciada como el QWERTY que hasta ha merececido su propio monumento.
